Los huevos de gallina producidos para consumo
se clasifican según su categoría. Ésta puede ser
A, esto es, huevos frescos que no han sufrido tratamiento y que
se destinan al consumo humano directo;
B o
huevos refrigerados
C o
huevos destinados al consumo industrial.
Los huevos de la categoría A deben cumplir ciertas
especificaciones, como limpieza e integridad de la cáscara. Si no se cumplen
pasan a la categoría B. Además, dentro de la categoría A los huevos se clasifican según su
clase, que depende de su peso. Los hay de tamaño XL -huevos de más de 73
gramos-, L, M y S -de 53 gramos-. Las tareas de recogida, clasificación y
envase están automatizadas.
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